24 jun 2010

Faroles

Ese par de personajes que se encuentran a cada lado de la nariz, tienen sus días.
Hoy se encontraron con otros. Vieron demasiados. Que por cierto, fueron desagradables.
Frente a frente con el aburrimiento. Con uno viejo. Rencoroso. De cejas levantadas pero hasta ahí. Porque no pueden subir más. Al igual que la decencia de quien los lleva.
Es sugerencia pertinente que los niños se observen para encontrar a los verdaderos amigos.
Cada par de estos señores, celestes, marrones, grises -no importa- te cantan la verdad.
Es tener al portero de amigo.
También son pena.
Y motoqueros de sentimientos.
Qué lástima que en los cumpleaños no regalemos unas hermosas miradas.
O mismo para las fiestas. O mismo en cualquier momento. O mismo para uno mismo.
Hoy vi algunas desangrar. Calculo que mañana será igual. Miradas que se quieren rajar.
Cubanos manoteando balsas.
La macana es que no pudieron elegir. Están en caras que se deben tirar a la basura. Al riachuelo mejor. Ya que se parecen.
Dicen tanto que me gustaría que fueran personas.
De las cuales sería amigo. Porque tienen la amabilidad de respetar a la verdad.
En definitiva, con dos ojos bien sinceros, yo descorcho. Hasta les dejo al perro.
Pero las cosas son complejas.
Esos dos tipos no pueden ser independientes. Deben ocupar un lugar, una cara.
En ignorantes que desconocen su potencia.
En hijos de puta que los  hacen envejecer prematuramente. Porque no los usan. Los abandonan.
Desde ya no pierdo la esperanza.
Espero.
Miro fijamente.
Que estos dos tipos que tengo se concentren.
Miren, observen, perciban, detecten, intuyan, se muevan, ahí a la izquierda, ahí a la derecha, guarda arriba, atento abajo.
Porque la lucha es encontrar para después convencer a esas miradas esclavas de que se las tomen.
Así tomamos y se cuentan historias con mis ojos.
Pero de mirada a mirada. Sin palabras. Y si lo hacen, eligiendo cada una con suma precisión.
Porque cada sílaba es afano del aire que puede usar otro para decir algo interesante.
Y no es joda.
Los que saben esto, bienvenidos.
Los que no, que se jodan.

14 jun 2010

Recién llegado del pueblito

¿Perdido?
Afloje, viejo, que se le acalambra la mirada.
Tome asiento. Deje el bolso por ahí.
Acá tiene, un cafecito.
¿Sabe una cosa? Veo pasar muchos como usted.
Son como bichos buscando la luz.
Caen tan sólo con un repasador sucio.
De zumbido fuerte. Como para joder cualquier siesta.
Tranquilo bichito. Que nadie le está diciendo nada.
¿Le pegaron mucho que se defiende?
¿Vino solo?
Deje. Perdón. Ya sé. Usted es solo. Es bichito.
Se le enfría el café.
Ahora escuche despierto, amigo.
Nunca escupa para arriba.
Vea bien. Que hablamos del cielo.
Luminoso, gris, oscuro, amplio.
No lo desprecie, amigo.
Respetelo. Hay gente conocida. Hay almas.
Fue sin querer. No quería hablar de algo que a usted le falta.
Oiga amigo. Valore.
No crea que enterrar es olvidar.
Es guarango, bichito.
Tampoco escupa para abajo.
Vea lúcido. Esa es la tierra.
La que lo sostiene.
La que lo cubre.
La que lo soporta mientras se convierte en alma.
Perdón.
No escupa amigo.
Vaya con cuidado.
Después no hay mucho para contar.
Mire que si se porta mal, Fontanarrosa, Tato, Olmedo, Luca, Pappo y algún familiar le van a meter una patada en el orto. Arriba ya no se bancan bichitos. Chiquititos. De palabritas. De boludecitas.
Cuidado amigo. Que lo próximo es el piso.
Y cuando mire las flores desde abajo se encontrará con la memoria de la tierra.
Amigo vea bien.
Son gusanos.
Bichitos.
Bichitos bravos.
Que no andan siempre con hambre.
Pero son de gusto claro.
Se morfan a los que escupen.
Porque no valen la pena.
Oiga amigo.
Tiene un bichito en el hombro.
Acá le arrimo el repasador. Cuidado amigo que por ahí es usted.

9 jun 2010

Dormir bien

- Doctor, ¿lo ideal son 8 horas?
- Claro amigo mío.
- Y si no puedo porque hoy le di el primer beso, ¿no empato con eso?
- Tu organismo necesita 8 horas.
- ¿Pero si cuesta porque tengo ganas de elegir palabras que me hagan feliz?
- Tu cuerpo requiere 8 horas.
- Es que mi cuerpo no quiere apagarse 8 horas. Anda con ganas de otras cosas.
- Entonces afectará tu rendimiento diario.
- ¿Usted duerme 8 horas todos los días?
- Sí. Por eso soy el Doctor.
- ¿O sea que usted no conoce todos los silencios de la noche?
- En lo más mínimo. Recuerda que debo dormir 8 horas.
- ¿Entonces tampoco se quedó colgado con un amigo charlando con un vino de por medio?
- Jamás.
- ¿Nunca se quedó despierto para ver un amanecer? ¿No caminó por una ciudad en su vacío? ¿Nunca pidió favores arriba ya que de noche hay que sacar menos números? ¿Nunca escuchó los pedidos de auxilio de las radios am? ¿Nunca bailó, Doctor? ¿Sabe las cosas que cuenta un bosque y en el día calla? ¿Cuántas veces trastabilló en dos o tres bares?
- Te comportas raro querido paciente.
- ¿No será usted? Hay que sacarse un poco el blanco. A veces oscurece.